En los últimos años la depilación con aparatos láser ha visto como sus adeptos aumentaban exponencialmente, tanto en clientes de estética masculina, como femenina. Cada vez más gente se convence de la efectividad de este método para hacer desaparecer el vello corporal de forma permanente.
Aún quedan algunos prejuicios contra este tratamiento que conviene desmentir
La depilación láser consiste en la aplicación de una luz muy intensa y selectiva que atraviesa las estructuras de nuestro organismo sin dañarlas y concentra la energía en aquellas estructuras de la piel que tengan el color negro, como la raíz del pelo, eliminando los folículos pilosos. A este proceso se le llama fototermólisis selectiva.
Para la tranquilidad de todas las personas que se están planteando la posibilidad de probarlo, vamos a desmentir o confirmar los principales clichés al respecto de este tratamiento.
«Daña la piel»
No es verdad, porque la depilación láser no es una radiación que se acumule en el cuerpo, y por lo tanto no tiene consecuencias ni repercusiones sobre la salud general a corto, medio o largo plazo.
«Dura para toda la vida»
Decir toda la vida es mucho tiempo: tiene una efectividad del 80% aproximadamente. Es decir, en cada sesión se elimina todo el vello de la zona tratada, sin embargo solo el 20% de este es destruido de forma permanente. Lo que ocurre es que tras cada sesión el vello crece menos abundante, más débil y con un color más claro. Va disminuyendo su presencia con el transcurso de las sesiones y probablemente no volverá a aparecer en al menos 10 años.
Por supuesto hay que tener en cuenta factores tan personales y particulares como el ciclo hormonal, diferente en cada persona y que influirá notablemente en los resultados del tratamiento.
«Es un tratamiento muy doloroso»
En la mayoría de los casos esto no es cierto. Si bien cada persona es diferente y su umbral del dolor varía, en general los pacientes presentan una alta tolerancia a este sistema. La mayoría de las veces lo que se produce es una intensa sensación de calor localizado en la zona tratada. No obstante, en casos excepcionales y de mucha sensibilidad se puede aplicar una crema anestésica local para evitar molestias.
«Se puede tomar el sol antes, pero no después»
Esto no es totalmente cierto. Obviamente después de la sesión hay que proteger la piel con especial cuidado, mediante la aplicación de aloe vera, cremas con un alto factor de protección solar y evitando siempre el sol en la zona tratada. Pero también hay que evitar exponerse al sol al menos cuatro o cinco semanas previas a la sesión láser, y esto incluye las cabinas de rayos UVA. Tampoco se recomienda el uso de autobronceadores.
«Algunas zonas no se pueden tratar»
Esto es categóricamente incierto. El tratamiento puede realizarse sobre cualquier parte del cuerpo incluyendo el mentón, el labio superior, las mejillas, las orejas, la nariz, la frente, el cuello, las axilas, los brazos, el tórax, las areolas, la espalda, la línea del alba, las ingles, la zona perianal y las piernas. Y además, resulta especialmente aconsejable en personas que presentan intolerancia a otros sistemas de depilación tradicionales, como por ejemplo la cera. Ya sean problemas de manchas, foliculitis, pelos enquistados…
«La depilación láser es un tratamiento caro»
Si calculamos el coste de cada tratamiento con cera o con hilos, por ejemplo, y lo multiplicamos por las veces al año que nos lo realizamos, tal vez nos llevemos una sorpresa al comprobar que es más económico depilarse con láser, no solo en dinero, también en tiempo. Sobre todo teniendo en cuenta que es el único método definitivo actualmente. Con la cera o los hilos debemos volver al poco tiempo a nuestro centro de estética. Evidentemente la inversión variará de una persona a otra en función del tamaño del área a tratar y el número de sesiones necesarias.
«Hay que rasurar el vello antes de cada sesión»
Es cierto que antes del tratamiento de depilación con láser debe rasurarse la zona con una cuchilla. Nunca debemos depilar la zona con pinzas, cera o maquinillas depiladoras, ya que arrancan la raíz del pelo y así el láser no tendrá nada que quemar. Por lo que la efectividad del mismo será nula.
Se recomienda siempre hacer una valoración previa del paciente, para verificar si el vello tiene la carga de melanina suficiente, porque si este es muy rubio o blanco, el láser no podrá detectarlo y por lo tanto el tratamiento será inviable.
Y por supuesto acudir a centros cualificados que cuenten con aparatología efectiva y segura, como el láser Lightsheer Duet, que empleamos en el centro Natura Beauty Alcobendas, para evitar posibles quemaduras o reacciones alérgicas.